martes, 23 de junio de 2009

El Lamento de Isabella

El Lamento de Isabella

Hambre, pasión, frío.
Los pesares del aire que respiro.

El ruido de los murcielagos
volando en la oscura noche.
Una oscuridad que destiñe los lagos,
Y un sentimiento de reproche.

De no haber podido hacer nada
¿Por qué, pues me prometias la eternidad?
¿Por qué, con tu majestuosidad?

Las promesas que me hiciste aquel día,
yo era joven, pero aun así te quería.
Acepté de buen grado el precio de la salvación.
Dejando a Dios, y olvidada de su perdón.

Aquel día todo cambió
Pues abandoné mi mortal cuerpo
Para unirme a ti, mi amor,
Creía que no serviría, que sería como otro siervo.

Pero tu me hiciste volver a nacer,
Me diste el beso de la vida.
Y aun asi conseguí ver,
Que no era más que el beso de la no-vida.

¿Por qué sin sentimientos,
sin temor y sin un espíritu vivo,
se me han roto los cimientos,
al ver que te has ido.

No se dónde buscar,
Si el cielo es para los mortales
y el infierno para los demonios,
No sé dónde encontrarte.

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